Estaba en mi cuarto sentado en mi escritorio, me di la vuelta para alcanzar un libro de mi mochila, cuando mire por la ventana vi a mi madre tendiendo la ropa, me quedé observando lo que estaba tendiendo y eran mis zapatos de salir, no me preocupo porque sabía que iban a estar secos para esa misma noche, pero de repente un gran golpe de viento impulso los zapatos hacia el tejado, me produjo una gran angustia, empezé a discutir con mi madre, yo le echaba la culpa por no tener los zapatos bien cogidos con las pinzas, y ella me las echaba a mi por lavarlos un día con tanto viento,ella me propuso ir a buscarlo con una escalera, pero yo, cabezón como siempre decir dejar abandonados mis zapatos, en aquel tejado, aún sabiendo que los que me iba a poner aquella noche eran más viejos y feos que aquellos.
TAREA NUMERO 8

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